Esta fue mi experiencia:
Era una mañana de verano, la mañana del 29 de junio concretamente. Hacía poco que habíamos acabado el curso, y me levanté bastante tarde ya que no teníamos que ir a clase.
Cuando me desperté tenía un montón de llamadas de una amiga y muchísimos WhatsApp. No los leí, ya que lo primero que hice fue llamarla porque me estaba preocupando. Al descolgar el teléfono me dió la mejor noticia que podía esperar. ¡Gemeliers venían a Zaragoza en tan solo 4 días! ¡No me lo podía creer! ¡Iba a conocer a Jesús y a Dani! Como para cualquier persona que tiene un ídolo, eso era un sueño para mí..
Llegó el ansiado día, 3 de julio de 2014, el día de la firma de Gemeliers. Me desperté tempano y fui a Puerto Venecia (centro comercial donde tenía lugar la firma) para estar de las primeras en la fila. Tras unas cuantas horas esperando ansiosas la llegada de Jesús y Dani, llegaron y dió comienzo la firma.
Estuvieron firmando desde las 18:00 hasta las 20:30 los ejemplares de su primer y único disco por el momento.
El ambiente era increíble. Solo había que ver las caras de felicidad de todas chicas que estábamos. La mayoría era la primera vez que los veíamos y nos hizo mucha ilusión.
Me tocó el turno y fui corriendo a abrazarlos. De verdad, es una sensación indescriptible. No sabes lo que se siente hasta que lo vives, por mucho que te lo hayan contado, sobrepasa todas las expectativas.
Durante las el tiempo que estuvieron, fueron super simpáticos y estaban super atentos de las fans.
Cantaron un par de canciones del disco, creo que fueron Lo mejor está por venir y Tan solo tú y yo y se fueron.
La sorpresa y lo mejor del día aun estaba por venir, como bien dice el título de su disco.
Estaba bajando ya con mis padres al garaje del centro comercial para coger el coche y volver a casa mientras les contaba lo perfecto que había sido el día, cuando de repente... ¡Tenía a Jesús y Dani enfrente mio! Me eché a correr con mi hermana pequeña para abrazarlos otra vez y fueron super simpáticos, se hicieron más fotos con nosotras y estuvimos hablando un ratito. Mientras tanto mi madre hablaba con la de ellos y yo estaba en una nube, no me creía nada. Fue todo muy surrealista.
El día acabó, pero en él, siempre quedarán esos maravillosos recuerdos, que por mucho que pase el tiempo, son imposibles de olvidar.
Si queréis saber algo más sobre este día, y en vez de desde mi experiencia sino lo que vieron los medios de comunicación, en este caso Heraldo, aquí os dejo el enlace de la noticia.
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